El tejido del sombrero de paja toquilla del país es uno de los candidatos para ser declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial, por parte de la Unesco.
La agencia AFP informó ayer que esta tradición, junto a las de Brasil, Colombia y Venezuela, tiene grandes posibilidades de ser inscrita en esa lista.
Las propuestas fueron calificadas por un grupo de expertos, los cuales recomendaron que fueran tomadas en cuenta por parte del Comité de la Unesco. Este se reunirá en París, desde este lunes hasta el 7 de diciembre, para adoptar una decisión.
El tejido del sombrero es una tradición del Austro y de Manabí.
La paja toquilla es parte de la identidad del Austro desde hace más de un siglo. En 1844 el comerciante Bartolomé Serrano impulsó una iniciativa para que los desempleados y pobres de Azuay y Cañar tejieran esas fibras hasta convertirlas en sombreros.
Él trajo artesanos manabitas para que transmitieran sus conocimientos. Esta actividad se arraigó de tal manera en la región, que se crearon varias empresas que se mantienen hasta la actualidad como Homero Ortega y Serrano Hat, que tienen más de un siglo en el mercado.
La paja toquilla se cultiva en las provincias de Manabí y Santa Elena y es traída a la capital azuaya, dice Hugo Bernal, gerente de Bernal Hats. En esta ciudad se comercializa en los principales mercados como 9 de Octubre, ubicado en el Centro Histórico. Los campesinas de Gualaceo, Chordeleg y del Sígsig son las principales tejedoras.
Los sombreros de paja toquilla se exportan a EE.UU., Canadá, Alemania, Francia, Italia, Inglaterra, Rusia, India, China, Japón, Australia, Argentina, Chile, Colombia, Perú, entre otros países.
El 90% de la exportación del país sale desde Cuenca. Para Bernal, si la paja toquilla entra a la categoría de patrimonio inmaterial sería interesante para que este arte perdure en el tiempo.
En Manabí, la planta que produce la paja toquilla abunda en el bosque húmedo de Pacoche, en el suroeste del cantón Manta. Los ancestros manteños utilizaron la toquilla para la elaboración de gorros, canastos y otros artículos para el hogar. “Ese tejido es inmemorial”, asegura el historiador mantense, José Elías Sánchez.
“Nuestros ancestros tejían antes de la llegada de los españoles, cuando los hombres barbados arribaron a las costas manabitas quedaron maravillados por ese tejido. Ellos ayudaron a que los tejedores autóctonos empezaran a dar forma a la toquilla en sombreros”, asegura Sánchez.
El tejido con paja toquilla es una tradición manabita, que pasa de padres a hijos y a nietos.
En Manabí se teje con toquilla en Jipijapa, Picoazá de Portoviejo y Montecristi.
En Picoazá y Jipijapa se elaboran esos sombreros. Para que la paja toquilla llegue a las manos de los tejedores en Manabí y el Austro del país, grupos de campesinos de 13 poblados, en el suroeste de Manta, se internan todos los días hacia las entrañas del bosque de Pacoche.
Ahí le arrancan al bosque la fibra que luego de un proceso de ocho días está lista para convertirse en hilo para elaborar el famoso sombrero de paja toquilla.
Además de los tejedores, también hay personas que se dedican a dar el acabado de los sombreros, los cuales se concentran en la zona urbana de Montecristi.
Rosendo Delgado es uno de ellos, quien se dedica al planchado de los sombreros de toquilla desde hace 40 años.
Detrás de la iglesia de la Virgen de Monserrate Delgado tiene su taller. Ahí de lunes a sábados le da el valor agregado a los sombreros que uno de sus hijos compra en Pile, Las Pampas y Los Bajos de Montecristi.
Tras un reconocimiento
Que se reconozca al sombrero de paja toquilla en el mundo y que se visibilice su significado sociocultural son dos de las razones por las cuales el Ministerio Coordinador de Patrimonio y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural enviaron un pedido a la Unesco, para que este tejido tradicional fuera incluido en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Según ese Ministerio, un grupo de expertos elaboró un documento técnico, que fue enviado a la entidad internacional. Dentro de ese oficio se explicó que las provincias de Manabí, Azuay, Cañar y Santa Elena se especializan en la elaboración de sombreros de paja toquilla y que las comunidades involucradas realizan esta actividad como una de las formas de mantener vivo una tradición ancestral.
El documento fue enviado por medio de la Cancillería ecuatoriana y se espera una respuesta positiva por parte de la Unesco.
Ecuador está desde 1978 en las listas de la Unesco. Como Patrimonio Cultural de la Humanidad están Quito (1978) y Cuenca (1999), como Patrimonio Natural de la Humanidad están las Islas Galápagos (1979) y el Parque Nacional Sangay (1983); dentro del Patrimonio Oral e Inmaterial constan las manifestaciones del pueblo Zápara (2001). Estos están también incluidos en la lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la humanidad
Fuente El Comercio
http://www.elcomercio.com/pais/paja-toquillla-candidata-Unesco_0_819518167.html